jueves, 25 de noviembre de 2010

Tres.

Puf si solo es un pijo, venga ya joder, paso... paso.. ¡Ains!
Seguí tumbada en la cama mirando el techo un buen rato y después cogí el libro de física y química. Comencé a repasar, me gustaba la asignatura no sé porqué pero me gustaba era complicada y eso de los retos, me hacían engancharme más, y desde luego esta asignatura era un reto para cualquiera.
A los 20 minutos más o menos escuché unos pasos, seguramente Marta se había cansado de ver la tele y quería pasear o algo conmigo, siempre hacía lo mismo cuándo Ane no estaba.
- Eh, Ainhoa ¿vayamos a comprar no? - Me preguntó apoyada en la puerta mirándome dulcemente.
- Paso, llegan los finales y prefiero estudiar. - Le contesté clavando la vista en el libro, la verdad esto para mi no era estudiar, porque simplemente me estaba leyendo algunas cosas, las que parecían más complicadas.
- ¡Venga ya Ainhoa, no seas una aguafiestas! Salgamos un rato, diviértete... sé una chica normal - Me dijo acercándose a mi cama contenta y risueña.
- Marta enserio tengo que estudiar... Y tú deberías hacer lo mismo o te veo este año empoyando cuándo todos estén por ahí. - Le volví a decir.
- ¿Todos menos tú verdad? No sé porqe no haces una vida normal, mamá y papá no querrían verte así..
- Yo hago vida normal, a mi manera.. No me gusta Canadá en España estaba mejor, allí están todos mis amigos, estos son solo pijos que se creen importantes y no son nada... Esto no me gusta simplemente.. Prefiero estudiar y pasar los dos años que me quedan tranquilamente sin decir nada, solo dos años y volveré a España, a Madrid y allí si que seré feliz. - Le dije cortándolo todo de raíz.
- ¿Me dejarás aquí sola con Ane? - Me preguntó poniendo cara de puchero.
- Si, no te pasará nada te lo aseguro. - Le contesté furiosa. Odio que me digan que es lo que tengo que hacer o que pongan a mis padres por medio de toda conversión, de verdad que lo odio.
Marta se levantó disgustada y salió de mi habitación dirigiéndose a la suya supongo, porque se escucho otra puerta cerrarse.
Al rato abrió la puerta de nuevo y me miró aun enfadada.
- Me voy con Sarah de compras, diviértete sola en casa. - Dijo, y salió de la habitación.
- No llegues tarde o Ane se enfadará - Le grité desde mi habitación acostada para que se enterará.
Yo no quería ser desagradable con mi hermana, pero es que ir de compras no era lo mio... Me gustaba ir de vez en cuando claro que si, pero ir excesivamente como mi hermana no.
Paso un rato y me aburrí de estudiar, así que me conecté al msn y hablé un rato con la gente de España que aun tenía agregada, con Mike y con mi prima Nai, que estaba muy ilusionada con eso de venirse a vivir a Canadá, ella solo había venido este año, hace dos semanas por mi cumpleaños y al parecer le agradó mucho el lugar... No sé porque si hacía tanto frío... Supongo qe cada uno siente y vive de forma diferente, ¿no?
En todo caso, le pregunté por si tenía copias de la música que me metió en el Ipod y me dijo que sí, que por ahí tendría una copia con todas las canciones que guardó y me las envió.
No estaban todas pero si las más importantes cogí el Iphone y las cargué. Me preguntó para que las quería y no tuve más remedio que contarle lo sucedido con el chico de la playa, pero sin decirle las conclusiones de quién creía que era, ya que Nai era otra fan loca del Bieber y no haría más que comerme la cabeza con sus típicas tonterías...
Me entró ganas de comer algo & bajé, para mi sorpresa estaba Ane preparando la cena.
- No te he escuchado llegar - Le dije mientrás me sentaba en una de las sillas.
- Losé. - Contestó simplemente.
- ¿Qué cocinas? - Le pregunté para sacar algo de conversación, la relación de Ane y yo había empeorada mucho con la llegada de Aitor a casa, no lo soportaba y ella no soportaba que yo no lo soportase.
- Comida - Dijo secamente... Bufé, me estaba poniendo de los nervios tanta pamplanedería.
- V¡enga ya Ane! Joder. ¡No me jodas más vale! ¿Si no soporto al pijo de tu novio es cosa de él y mía no crees? Que soy tu hermana ... Se supone que eres mi modelo a seguir, pero poco tengo que seguir si no nos hablamos - Le dije levantandome de la silla y dándole un golpe a la mesa.
Ella me miró con mala cara y yo le respondí con la misma.
- Ainhoa... Es que no se que hacer contigo, hago todo lo posible para que seas una chica de probecho, pero faltas mucho a clase.. 
- ¡Venga ya Ane! Sabes que no puedo con mi profesor de física, si me cambiarás de instituto todo sería más fácil.... ¿Además te las apruebo todas, no? ¿Qué más quieres de mí? ¿Qué sea una pija perfecta que acate todas las normas? Lo siento Ane, pero yo no soy así, soy como debo de ser, como deberías haber sido tú, como debería ser Marta, pero al parecer para ustedes no soy más que la oveja negra de la familia que no se acostumbra a vivir sin sus padres - Le chillé enfurecida y la miré con los ojos llenos de lágrima por la impotencia que sentía, me trataba como si no fuera nada y me estaba reventando por dentro... 
desafiante pero con mi orgullo por delante.
- Vete a dormir, mañana tienes instituto y no quiero verte más por hoy - Me dijo dándose la vuelta para seguir cocinando.
Yo me dí media vuelta y subí a mi habitación.
La verdad, no me enfadé ni llore más, creo que me merecía aquella cachetada, mi hermana Ane no había hecho nada malo, pero como ya dije antes tenía mi carácter de adolescente.
En menos de un cuarto de hora me quedé dormida, no me dí cuenta de a que hora regresó pero cuando me levanté a tomar un vaso de leche ya había llegado, vi los platos en el lavavajillas.
Me bebí el vaso tranquilamente y subí las escaleras en silencio, regresé a mi cama y deje que mi mente flotará hasta que volví a soñar, esta vez un sueño en blanco tranquilo.
- ¡Marta, Ainhoa aligerad! - Gritó mi hermana Ane desde abajo de nuevo como cada mañana, para Marta y para mi, oficialmente Ane era nuestro despertador diario.
- Voy - Gritó correspondiendo al chillido anterior mi hermana Marta.
Yo me levanté de la cama, cogí el estúpido uniforme y me lo puse ligera como la pluma, me miré al espejo... Una pija, pensé y me peiné recogiéndome el pelo en una cola hacía el lado derecho y recogiendo el flequillo hacia atrás.
Hoy iba con la falda del instituto privado, era de cuadros verdes y azules, la blusa verde y el polo claro azul, llevaba las medias azules claras y las botas del centro privado.
Esperé a que Marta abriera mi puerta y me levanté sonriendo, cogiendo mi maleta y cargándola a la espalda.
- Corre Ainhoa, o Paula se irá sin nosotras. - Dijo mi hermana Marta metiéndome prisa por las escaleras.
- Tranquila que Pau sin ti no se mueve del sitio. - Le dije en tono de burla riéndome y ella me siguió riendo también.
Llegamos a las casa de Paula, una chica medio pija medio no, por eso me caía tan bien... Se le notaba que hacía poco que su padre había triunfado en los negocios y por eso no se creía nada. Me gustaba su forma de ser, era divertida y espontánea, una buena chica en todos los sentido.
- Hola Martinez, eh ¿cómo os encontráis hoy? - Nos preguntó Paula sonriendo de oreja a oreja, estaba muy contenta por lo que se le veía.
- Bien, ¿y tú qué? ¿A qué viene esa sonrisa? - Le contesté y pregunté por las dos, Paula nos llamaba Martines porque asín nos apellidábamos y le costaba mucho pronunciarlo al principio, pero pronto se acostumbró.
- Ainhoa a ti no te hará tanta ilusión, pero a tu hermana si que le dará... ¿Sabes quién da un concierto el martes que viene en el Souther? - Dijo Paula ilucionada.
Marta se encogió en un momento y de repente sus ojos brillaron &yse abrieron totalmente, haciéndose un eco grandioso en su sonrisa picarona.
- No... ¡Ains no puede ser cierto! Esto es un sueño. - Gritó Marta contentísima.
Yo la miré extrañada... ¿un sueño? Pero de qué estaban hablando... Yo me perdía en aquellas conversaciones...

lunes, 22 de noviembre de 2010

Dos.

Tarde unos 10 minutos en llegar a la playa.
Primero la miré, tan extensa como siempre tan azul y fría. Siempre fría... el tiempo en Canadá era siempre frío y yo nunca, pero nunca nunca me había bañado en la playa... No podía con la playa de aquí, para mí era inevitablemente espantoso meterme dentro con el aire tan húmedo que hacía afuera.
Me senté en la arena y agache la cabeza mientras la escondía entre los brazos y las piernas... Poco a poco comencé a llorar, esto no era para mi... este sitio era tan agobiante, siempre era lo mismo... y la gente que conocía... pocos me caían verdaderamente bien... eran todos unos pijos que lo tenían todo y se lo restregaban a los que no tenían nada... Mi hermana Marta era un de esas pijas qe restregaban todo.. yo no podía, sé que no me faltaba el dinero, pero esto no era lo que yo quería, esta vida no me gustaba... Me sentía sola, nadie podría comprenderme.... Ni la propia Nai podía, esto era demasiado para mí y aunque lo dijera nadie me tomaba en cuenta, al parecer existía en el mundo pero no podía decidir nunca, era menor y tenía que hacer los que mis mayores quisieran.
Me mantuve lejana de todo más de una hora, allí sentada, callada y mirando de vez en cuándo el infinito de la playa.
Derrepente me levanté y me puse a caminar por la orilla, escribiendo en el cuaderno palabras que salían de mi imaginación, letras que intentaban expresar algo que no sabía que sentía.... ¿Amor? Yo nunca me he enamorado, he tenido mis rollos y de vez en cuándo me lió aquí en Canadá con alguno que no sea un pijo insoportable ––LOS ODIO–– pero nunca, he sentido algo tan profundo como el amor, y según lo que decían no lo quería sentir... Marcos era un pique, pero un pique profundo y picarón que teníamos ambos, pero nunca llegó a ser nada serio para mi, no sé para él.
Derrepente alguien me dio un golpe en el costado y me arranco el Ipod de cuajo, dejándolo caído en el agua, llevandóselo las olas que rompían unos pocos centímetros más allá...
- ¡Eh! ––grité–– ¿Qué pasa no tienes ojos en la cara? Me has tirado mi Ipod.
- ¿Eing? Perdóname estaba distraído ––me dijo un chico con capucha que escondía muy bien la cara. Tenía un acento extrañamente medio Canadiense medio Neoyorquino.
Se acercó a donde estaba se agachó y me lo devolvió....
- Está completamente mojado... ––susurré, de mis ojos comenzarón a caer unas lágrimas al pensar lo que acababa de suceder.
Acabo de perder los últimos recuerdos que me quedaba de mis padres, el regalo que a Nai le había costado tanto trabajo conseguirme, ya no podría volver a escuchar la voz de mi madre antes de dormir...
- Tranquila te compraré otro ––dijo acariciándome el pelo.
Yo lo miré con cara de asco, me aparté las lágrimas de los ojos y le tendí el Ipod con violencia a su pecho.
- ¿Tío de qué vas? Me importa poco el Ipod, era su contenido y gracias a tu estúpida perdida de visión lo he perdido... ¿Déjalo vale? Adiós ––dije mirándolo con la peor cara que pude, sin poderlo evitar le miré los ojos, los tenía marrones como la miel con pequeños destenllos verdes, eran preciosos y entonces apareció una mecha de flequillo. ¡Uf un PIJO! Con más razón tenía que odiarlo.
Le metí un pequeño empujón y salí corriendo a través de la arena, hacia mi casa... A pegarle a algo no sé, lo que sea.... Necesito llorar tranquila y ver si por casualidad Nai grabó alguna de las canciones de mis padres, si era así me las podría pasar al Iphone pero sino...


Llegué a la casa, y me eché sobre mi cuarto, boca arriba llorando.
He perdido todas las canciones de ellos, he perdido sus recuerdos... He perdido una de las pocas cosas que me gustaban en esta vida.
Poco a poco, mis ojos llorosos, tristes y cansados se fueron cerrando y acabé quedándome dormida una vez más en este día tan terrible que llevaba... Definitivamente los martes, son el peor día de la semana.
- Eh, bonitos ojos ––le dije al chico rubio
- ¿Quieres ver mi rostro? ––preguntó él con voz terciopelada.
- ¿Es tan bello como tu mirada o cambia?  ––pregunté en tono de burla.
Se dio la vuelta y se bajo...
¡PUM!–– Me desperté en el suelo, buena caída Ainhoa, pensé... Cada día te superas más. UF me caí de la cama, como no...
Me senté en el suelo y eché mi cabeza hacia atrás dándome un pequeño golpe en la frente contra la pared.
Comencé a relajarme un poco más, seguía tensa y con los nervios de punta y aquel sueño... aquel chico en concreto... ¿Había soñado con el pijo de la playa? Es buaj, Ainhoa no seas tan ignecta y deja de pasar en ese chaval, los tíos así no valen para nada, te hacen una desgraciada, me repetí una y otra vez.. Pero me fue inevitable no pensar en esos bonitos ojos, no lo había visto antes por aquí y tenía un acento de no tan extranjero pero extranjero.. que extraño... 
Escuché las llaves, sería Marta volviendo del instituto, dio un portazo y le escuché chillar... Algo no andaba bien en la vida de la enana... ¿que le pasará?, pensé para mi y me levanté sigilosa.
Abrí la puerta de su habitación y ahí la vi, tendida en su cama llorando desconsoladamente.
- ¿Eh, eh Marta qué te ocurre? ––le pregunté apresurada, sentándome a su lado en la cama. Ella se dio la vuelta y se sentó mirándome con los ojos rojos llorando.
- Jack me ha dejado... Después de tres meses... Dice que soy una cría caprichosa.. ––contestó llorando y respirando entrecortadamente.
- Eh, pasa... aún eres pequeña... No te pongas seria con los tíos, no han madurado a tu edad y si Jack dice eso, pues que le den... pasa ya se arrepentirá de esto, pero no te dejes vencer o podrán todos contigo ––dije sonriéndole.
- Si, ya. ––miró hacia el otro lado de la habitación.
Me quité los cascos que aun llevaba puestos del Iphone y le sonreí.
- ¿Y el Ipod? ––me preguntó mi hermana, todos sabían que lo único que me gustaba escuchar era mi Ipod, que no utilizaba apenas el Iphone.
- Un pijo me lo ha tirado al mar sin querer, supongo––respondí seria aunque cada vez que lo recordaba se me encogía el corazón.
Dios Ainhoa... Deja de ser una gilipollas tía,¡ espavílate!, pensé de nuevo tratando de quitarme la imagen de aquellos ojos de mi cabeza.
- Joder, pues vaya... ¿Oye quieres que te deje el mio? Yo tengo algunas canciones de mamá y papá no todas, pero algunas tengo... ––me ofreció Marta como consuelo.
- No, déjalo ... Ya buscaré aber si encuentro algo de ellos, creo que en mi cuadern-o.... Me cago en... Uf ––me levanté de un salto.
- ¿Qué ocurre Ainhoa? ––preguntó Marta preocupada.
- He perdido el cuaderno de las canciones... Joder soy una estúpida ––grité a medio llorar. Ahora si que estaba mal, sin poderlo evitar le metí un puñetazo a la pared y me llevé las manos a la cabeza en síntoma de desesperación, a continuación mi hermana se levantó y me dio un abrazo. Yo comencé a llorar en su hombro...
- Eh, venga... no pasa nada... vamos a comer venga que si no te quedarás en los huesos ––dijo Marta apartándome el pelo y sonriendo.
- Esta bien ––le contesté con resignación.
La verdad es que tenía hambre... pero me sentía tan débil... Ya eran dos cosas que perdía en el día de hoy y dos cosas con mucho valor sentimental para mi..
En aquel cuaderno tenía todas mis canciones escrita y las de mis padres también.
Marta preparó la comida y se sentó conmigo en la mesa, a mi lado, sonriendo.
- Creo que dentro de dos días vuelve Aitor... ––dijo mi hermana haciendo una mueca.
- Ah, ya. ––contesté, yo no aguantaba a Aitor, no sé como Ane podría estar con un tipo como él, tan avaricioso... Uf..
- No se lo hagas pasar mal ––dijo ella, aveces parecía que ella era la más mayor de las dos y yo la pequeña descuidada.
- Ya... paso de él, tranquila ––contesté sonriendo.
Comimos spagethis a la boloñesa, me encantaban, por eso Marta me los había hecho hoy, para comer relajadas y tranquilas.
- ¿No te he contado verdad? ––pregunté acordándome de Nai cuando nos sentamos en el sofá para ver la TV un rato.
- ¿Qué? ––me preguntó
- Nai va a venir a vivir con nosotras ––respondí sonriendo de oreja a oreja.
- Oh que bien, mira JUSTIN BIEBER ––gritó el nombre del cantante cuándo salió en el telediario.
- Paso, me voy... cuándo acaben con el pijo ese me llamas, estaré arriba mientr ––no acabé de decirlo porque cuándo miré estaba en la playa. En la misma que yo había estado esta mañana e iba igualito vestido como el chiquillo que se había cargado mi Ipod.
- ¿Qué pasa Ainhoa? ––preguntó mi hermana extrañada por mi cara viendo a Justin Bieber .
- ¿Eh? ––pregunté volviendo al mundo–– nada, da igual.. que eso, que voy a estar en mi habitación.
Subí inmediatamente a mi habitación y me tumbé en la cama mirando el techo, ¿sería Justin Bieber el chico que me había encontrado en la playa? Si fuera así lo odiaba más, ese chico... uf me ponía los nervios de punta, cantaba bien pero se pasaban las tías detrás de él, mi hermana estaba obsesionada y yo acabé por cogerle asco, un asco terrible... Creo que fue el primer pijo al que odié en toda mi vida, de ahí a que ahora no le hablará a nadie con el pelo largo.
Uf... Justin Bieber, bah... pero porque me sentí tan... no sé como decirlo... me sentía ¿amamonada? ¿Porqué estaba como si volará en una nube cuándo lo pensé de nuevo? ¿Qué me estaba pasando?

domingo, 21 de noviembre de 2010

Uno.

- ¡Marta, Ainhoa, despertad o llegaréis tarde!––me levantó el grito de Ane desde abajo.
- ¡Voy!––respondió Marta al chillido anterior.
Esperé al ruido del coche saliendo y me tapé con la sábana hasta arriba una vez más. De reojo vi como Marta, mi hermana menos abría la puerta y se quedaba mirándome.
- Es martes, no pienso ir ––dije medio dormida.
La miré y cerró la puerta sin decir nada.
Los martes estaba ya acostumbrada a no ir al instituto, porqué? Porque había educación física y esa asignatura y yo no compartíamos el mismo interés, yo era muy torpe y cuándo digo muy me quedo corta.... Siempre me caigo haciendo deporte, no sé el porque pero me pongo nerviosa y ¡pum! Ea caída para la tonta de la Ainhoa, como no.. y mi profesor no arreglaba mucho la situación, se cree alguien importante y solo es un calvo, pijo y gordo mierdoso que lo único que sabe hacer es arrascarse la churrini cuando los demás nos partimos el lomo de correr... ¿Algo injusto verdad? Pues un día se lo dije a la cara y desde entonces nada más llegar a clase me pone negativos y partes por mala conducta, ¡yo! Que no digo nada, que soy un ejemplo ¡DIOS! debería matarlo y dejarlo en el suelo ahí como los perros. Bff...
Yo no era una santa, pero tampoco era mala... simplemente era un adolescente, ¿no?
PUM-- Sonó la puerta, ea Marta ya se habría marchado y podría volverme a dormir trasquila. Los martes todos sabían que faltaba pero Marta era tan ingenua y loca que miraba por si las moscas, yo era la hermana mediana teníamos una mayor Ane, que se ocupaba de todo.... Eso de ser la mediana tenía sus ventajas porque cuando ocurría algo la responsable era Ane, pero yo no era ese tipo de persona que deja todo a su cargo... Pero aunque ya tuviera 16 años, me seguía tratando como una niña..
No me dejaba volver a España, con mi tía Lola, yo deseaba volver, odiaba esto lo odiaba con todo mi ser!
Llevaba dos años! Dos malditos años aquí en este puto país! Canadá, era horrible... Siempre hacía frío y encima tenía que hablar con su puto acento.. ¡LO ODIO! No sé porque coño no puede dejarme con mi tía, mi prima Nai estaría encantada, seguro que no me pasaría nada en Madrid... tenía todos mis amigos allí y no podía hacer otra cosa que pensar en ellos y en Marcos... Marcos ¡ains! A los 13 salí con él, pero la cosa no funcionó y lo dejamos... Pero es que era un tío tan diferente... ¡Que costaba no volverte a enrollar con él una y otra vez! Bueno el caso es que echaba de menos ir a Madrid, de vez en cuando conseguía volver pero mi estancia duraba muy poco tiempo.. intenté varios planes, para que mi hermana se cansará y me dejará pero no lo conseguía y entonces cuánto peor me comportaba, ella se echaba más la culpa y yo me sentía fatal, así que ya lo único que hacía era pedirle cada dos semanas que me dejará vivir con mi tía y comportarme en casa... Tenía mi carácter, pues claro como todas las personas pero no podía ser tan egoísta en casa.. No cuándo mi hermana Ane lo estaba dando todo por mi y por Marta.
Mis padres murieron en un accidente de coche, hace seis años... Ivamos todos de viaje, para celebrar los 18 de mi hermana, ivamos a Asturias, ya que era un lugar verde y a mi me encantaba viajar. Me acuerdo perfectamente, ivamos en la furgoneta. Yo en la parte del medio sentada sola, sentada, más bien echada tocando las palmas mientras le cantaba a mi madre... entonces la escuché gritar me levanté un poco y lo último que vi fue un faro y sentí un golpe en la cabeza..
Siete meses después desperté en una clínica enchufada a un tubo que era lo que me había mantenido con vida tantísimo tiempo... Estaba sola en la habitación, no hablaba ni sentía nada. A la hora de paso de la enfermera me vio mirándolo todo y llamó a mi familia, o a lo que quedaba de ella para que me vieran. Pocos meses después me recuperé de la lección, favorablemente según los médicos, ya que no tuve secuela alguna del accidente.. Pero si de la muerte de mis padres.
Mis hermanas lo superaron mejor y más rápido, por lo que sé a Marta solo le costó dos meses habituarse a estar sin ellos y a Ane cuatro. No las culpó, ellas no compartieron tanto como yo con ellos. Yo había salido igualita a ellos según mis tíos, tenía el carácter de mi padre y la fuerza de mi madre. Ellos tenían dos sueños... Tener una familia feliz, del que formaba parte de él y ser cantantes, algo que yo seguía con empeño cuándo ellos vivían. Mi padre me enseñó a tocar la guitarra, la caja y el piano. Lo que más me gustaba era el flamenco y mi madre me había enseñado a cantar igual que ella, yo llevaba sus raíces y las seguía con la misma magia que ellos, se supone.
Mis hermanas eran de Madrid capital, en cambio yo no... Yo nací en Sevilla aunque no la conocía muy bien, solo había ido un par de veces a la ciudad pero me parecía encantadora. Yo nací cuando mis padres acababan de terminar una actuación con su grupo, nací de improvisto ya que me adelanté unas semanas y puede que por haber nacido después de una actuación me gustaba más la música que a mis hermanas, el caso es querenacuaja y Ane porque estaba siempre estudiando. Mis padres dejaron de seguir su sueño cuándo Ane a los 17 años se echó su primer novio y mi madre se vio mal por no haber compartido con ella aquella situación. Yo me sentí mal por ellos, abandonaban su sueño por cuidar de la familia, era algo injusto, pero mis padres siguieron siguiéndolo enseñándome a mi, creo.
Cuándo yo volví a hablar intenté cantar un par de veces en público, pero no me salía la voz y lloraba. No sé el porque, pero solo podía cantar cuándo estaba sola... No podía cantar en presencia de nadie, ni siquiera delante de mis hermanas o de Nai que era como una mejor amiga para mí.
Ane se ocupó de Marta y de mi, sin poner nada de escusa, sin pedirle nada a nadie, nada de ayuda ella sola. Era muy fuerte y pudo con todo.. hasta que los problemas en Madrid llamaron a la puerta.
Yo me estaba convirtiendo en una golfa según ella (algo que era totalmente mentira, que bajará más y estudiase menos era algo normal en la gente de mi edad, no tenía nada que ver mi compañía o que faltarán mis padres, según yo.) Y entonces buscó y encontró un trabajo mejor en país extranjero, para ser más exactos en Canadá... Y aunque yo estuve totalmente en contra nos trajo y ya llevamos dos años aquí. Mi hermana Marta parece una de aquí, no pasa frío, se lleva bien con todos esos estúpidos pijos y hasta tiene algún ídolo. Yo en cambió odio este sitio y lo dejé muy claro desde el principio.
Pero ya nada tenía que hacer más que " hacer amigos " y estudiar ––algo que seguía sin hacer, pero aquí era muy sencillo y aprobaba todo––.
Me quedé dormida escuchando a mis padres en el Ipod que me regaló mi prima Nai por mi cumple hace dos semanas. Me había grabado todas las maquetas de ellos, alguna que otra maqueta mía con mis padres de pequeña y lo que se llevaba en Madrid.
- ¡Rang!––sonó un mensaje en mi móvil que me despertó asustada!
¡Joder, quién es capaz de mandarme un mensaje a estas horas! Buff...
Lo abrí y era un mensaje de Nai, como no.. "¡Primis! :D wahaha a que no te imaginas quien se va a vivir contigo a Canadá? YO! pues claro, te dije que podría con mi madre y la he convencido hace diez minutos, dice que me va a mandar dentro de unas semanas y que le pagará a Ane todo! ya verás como vas a dejarte de agobiarte tanto.. Lo malo es que este año no podrás ir a Madrid porque sin mi no puedes ya sabes! 1 Bso tu gordikah" Bien, una buena noticia por fin en mi vida! Naiara viene aquí! pero que no iría a Madrid? Eso era... espantoso ! DIOS! si estaba apunto de convencer a mi hermana para pasar una semana ahora que venían las vacaciones de verano... esto es un asco!
Cogí mi almohada y le metí un puñetazo, descargando toda la irá que corría por mi en estos instantes... Respiré hondo me tranquilise y me levanté de la cama.
Que puedo hacer esta tarde? Mm... no hay nada... y no tengo ganas de quedar con Mike y la panda... Paso, hoy me iré a la playa aunque sea para caminar un rato por la orilla... Quizás me viniera inspiración y podría componer una nueva canción, ya no cantaba delante de la gente pero sí cuándo estaba sola y me gustaba mucho componer letras, aunque mi estilo había variado un poco desde lo de mis padres..
Abrí el armario, cogí unos shorts morados y una camisa básica blanca, unos botines blancos y me coloqué la diadema blanca echándome el flequillo para el lado derecho. Cogí el Ipod, un cuaderno y un bolígrafo, cerré la puerta con las llaves y salí paseando buscando una nueva canción para escuchar mientras caminaba despacio ideando este verano.