jueves, 4 de agosto de 2011

Trece.



Volví a leer el remitente, no me lo podía creer... Era casi imposible que Marcos me hubiera escrito, después de casi un año sin hablar ahora... ¿había decidido acordarse de mi?
-¡ Ainhoa! Aligérate o llegáremos tarde a por Paula –– gritó Marta dentro del coche, esperándome sentada en el asiento del copiloto. Le eché una sonrisa y me giré, abrí corriendo la puerta y dejé el periódico y las cartas en la cocina, escondiendo la de Marcos entre las hojas del periódico.
Corrí hacía el coche y tropecé a dos pasos de el, menos mal que logré aguantar mi peso bien y llegué a sujetarme al coche a tiempo de no caer.
Abrí la puerta del piloto y arranqué, callada sin decir nada... Estaba más seria de lo habitual, noté como Marta fijaba la mirada en mi, le devolví la mirada y le sonreí, ella me estudió con los ojos dos segundos, se conformó y volvió a lo que ella diría que era "su mundo".
¿Qué me sucedía? No lo sabía, no estaba pensando en Marcos la verdad, pensaba en Mike más bien, Mike... dentro de dos días debía decirle si quería intentar algo con él y recordé que también le gustaba mi hermana.
- Marta, que harás...¿ Mike o Jack? –– pregunté, esta preguntaba significaba mi futuro, si ella decía que Jack, borraría de mi mente las palabras de Justin y me centraría en Mike. Si por el contrario, se decidía por Mike, pasaría de todos y seguiría como había hecho hasta entonces, con el recuerdo en mi mente de un chico al que conocí en la playa, que resultó ser famoso e intentó besarme.
- Creo que... Jack me esta demostrando que le gusto de verdad, pero ahora es Mike quien me atrae, creo que le diré a Jack que no lo puedo perdonar y saldré con Mike –– decidió mientras me dedicaba una sonrisa de oreja a oreja.
Asentí y sonreí un poco forzada, ¿por qué me sentía mal? No lo sabía, pero desde luego las palabras de Marta tranquilizaron una parte de mi que gritaban un "¡NO! No olvides a Justin Bieber".
Llegamos a casa de Paula, hice sonar el claxón. Ella salió por la puerta, sonrió mientras llegaba al coche, soltó una carcajada y se montó.
- Un cambio agradable –– dijo Paula deslumbrante.
- Ahora te llevamos nosotras –– comenté riendo.
- Marta... ¿Jack o Mike? –– Paula se puso seria.
- Mike –– afirmó Marta con una sonrisa media luna en la boca.
- Nada más llegar ve a hablar con él –– dije.
- ¿Y tú Ainhoa, Justin para cuándo? –– preguntó Paula riendo de nuevo.
- ¿Qué hablas? –– pregunté nerviosa–– ¡Qué solo me canto porque otros me eligieron! –– me apresuré a añadir.
- Pues en su twitter... –– comenzó a decir Marta mientras abría el portátil, que siempre llevaba encima.
- ¿Qué? –– pregunté acercándome a la pantalla. "Dulce princesa, loco estoy por su belleza". ¿Se suponía que eso lo había twitteado por mi? Claro que no, no decía nada de mi. Absolutamente nada.
- Estamos segura que va por ti –– afirmó Paula.
- Si, si... que me da igual, no me gusta es un pijo. Me da igual si le gusto o no, a mi el caso es que no me interesa tipos así, como él –– dije volviendo la vista a la carretera.
Ninguna volvió a hablar más pero observé un intercambio de miradas entre ambas, supe que estaban tramando algo.
Llegamos al instituto, Marta salió disparada a donde yo le había indicado que Mike estaría, esperándome.
Paula se quedó conmigo un rato más hasta que al fin tocó la sirena que daba comienzo las clases.
Entré en la clase de biología, me senté con Alex que estaba contentísima.
- Estoy con él, he seguido tu consejo y me declaré pero él ya tenía un regalo para mi... Decía que estaba apunto de pedirme... –– comentó Alex.
- Me alegro por ti –– sonreí y volví la vista a la pizarra, donde mi profesor escribía una lluvia de palabras.
Me llegó una nota, la abrí cuidadosamente sin que nadie se percatará.
Era de Mike. Decía que Marta y él habían empezado desde esta mañana y me agradecía mi ayuda. No dijo nada acerca de "no sé que es lo que siento" y me alegré.
Pero mi alegría no duró mucho, la más pija de todas las que habían en la clase, la que se creía importante, se levantó nada más tocar el timbre y se dirigió a mi mesa con un portátil entre sus manos.
- ¡Eh, chicos venid! –– gritó Susan y todos corrieron hasta mi mesa, haciendo un circulo a mi alrededor. Ella se colocó a mi lado y pusó un video en el youtube.
Todos sabían que yo no aguantaba ––antes, ahora no–– a Justin Bieber y que no quería escuchar hablar de él en clase, por eso Susan que tanto odio me tenía por haberme liado con un ex suyo y quitárselo, aprovechó aquel vídeo para dejarme por falsa delante de todos.
Era el video en el que Justin me cantaba One lees lonely girl, muy pegado a mi mientras yo le sonreí como una boba.
Me dio exactamente igual los comentarios que hicieron y me levanté como si nada, pero Susan me tocó y yo le escupí.
- Eres una falsa, mira tanto decir y ahora te encanta, ¿verdad? –– dijo Susan limpiándose el escupitajo que le eché en la camisa, no se atrevía a decirme nada más porque se rompería una uña seguro.
- Yo digo y hago lo que quiero. Si tanta envidia me tienes que te den por culo pija, puedes pudrirte si hace falta, que a mi no me la das –– dije mientras la empujaba con fuerza. Ella tropezó y cayó de culo, dejándose ver todas las bragas, rosas con una conejita en toda su parte.
Toda la clase comenzó a reírse de ella, la miré desde arriba con una sonrisa fugaz en los labios y salí fuera a esperar a que pasará Paula que había tenido cambio de clase en esta hora.
Se sentó tras de mi y en cuanto le contaron lo sucedido, se levanto y fue para Susan muy orgullosa de ser como era y le vaciló, Susan se levanto e iba a decirle algo, pero no iba a dejarla por lo que me levanté de mi asiento y me uní, nada más incorporarme al lado de Paula calló.
- Eh Bryan –– llame al ex de Susan, ella seguía por él, se suponía y él estaba por mi –– ¿Has visto con qué clase de tía saliste? –– pregunté dejándola por lo que era delante de todos.
Bryan se acercó a ella y le echó una mirada fría, de asco, de repugnancia.
- Si, de errores se aprende –– murmuró, se giró y se marchó de nuevo.
Susan se moría de la rabia, salió de la clase para marcharse a su casa. Según ella, le dolía la cabeza.
Yo y Alex comenzamos a reírnos, le conté todo lo que había pasado con Justin. Todo, sin comerme nada... Alex no contaba nada y sabía que me ayudaría.
Estaba pidiéndole consejo cuándo una mano acarició mi cintura e hizo que volteará hasta mirarlo a la cara, teniéndole frente a frente.
Él sonreía, miré para otro lado, alejándome de él.