martes, 12 de abril de 2011

Siete.

Él la miró serio, por lo que yo sabía, odiaba que Ane tomará desiciones sin antes hablarlo con él, pero por una vez agradecí que callará.
Empezó a pensar algo porqe lo ví muy callado mirándome fijamente. Jódete has perdido esta vez.
Derrepente apareció una sonrisa en su cara, de esas que me dan tanto coraje y miró a Marta. A saber que se le había ocurrido a este ahora..
- Bueno, entonces hoy ireís de compras no, ¿Marta?–– preguntó. Joder, ya me lo tuvo que estropear todo. Los viernes acostumbraba a dormir toda toda la tarde, para recuperar las horas perdidas durante la semana y así el sábado pegármelo sin volver a casa para estar con mis amigos y eso por ahí
- ¡Si! –– gritó Marta entusiasmada, levantándose y abrazándome como anteriormente no pudo hacer porque Ane le dirigió una mirada severa de comportamiento.


Yo miré solamente, de la peor manera qe pude, a Aitor y él agrandó su sonrisa aún más. No me apetecía nada de nada salir a comprar, no era que no me gustase, a mi me gustaba como a todas las chicas de mi edad, pero no me gustaba ir con Marta de compras.. ¿por qué? Porque quería que nos lo compraramos todo a juego y yo eso lo odiaba. Dos personas iguales me parece una falta total de personalidad... Y por eso todo lo que me compraba igual que mi hermana estaba guardado en el ropero sin estrenar siquiera.
Terminé de almozar y subí a mi habitación, jugué un buen rato con Laly, haciéndole de todo como a mi me gustaba y se quedó dormida en mi cama toda despatarrada.
Bajé las escaleras y me dirigí con Marta al taxi que anteriormente ella había pedido. Subímos y nos llevó al centro comercial de allí, de Ontario.
Marta empezó como loca a entrar en tiendas, comprándose de todo y la mayoría de color rosa... Yo en cambió no me compré nada aún.
De repente ví en un escaparate una gorra morada, chulísima puff madre me encantaban ese tipo de gorras como aquellas. Eran como la de los raperos, pero a mi no me gustaba nada su música pero si sus gorras.
Entré sin decirle nada a Marta y me la compré. Salí contentisíma, ella me miró con cara de desaprobación, hice como si nada y seguí mirando tiendas.
Me compré algún que otro chaleco lila o turqesa, mis colores favoritos y los que estaba segura de que me pondría ya que los demás colores nunca me hacían buen contraste.
Llegamos a casa, cenadas y todo. A Marta se le había apetecido comer una hamburguesa y yo tuve qe comprarme una, como siempre la dejé casi entera, no me apetecía cenar. Cenaba muy pocas veces.
Subí a mi habitación sin saludar a Ane, que estaba en el salón con Aitor y sin despedirme de Marta. Estaba agotada, lo único que quería era descansar. Le rellené la cómida a Laly y me acosté, en menos de diez minutos me quedé dormida.
Un mensaje de móvil me despertó, no era de Nayara, tranquilidad. Era de Mike, para que me arreglará, me recogería en una hora. Según él tenía un planazo para el sábado y tenía sería una sorpresa para mi.
Me arreglé, me puse mis pitillos blancos mi blusa ceñida celeste y mis tacones del mismo tono que los zapatos... Mi bolso a juego con el chaleco y los tacones, me puse una diadema blanca, dejándome unas pequeñas ondulaciones en mi pelo castaño oscuro largo.
Salí de mi casa tranquila y esperé a divisar el coche de Mike.
Veinte minutos después de la hora prevista lo vi. Su deportivo verde era demasiado llamativo...
Yo me subí intentando tener una cara de enfado desente, aunque en realidad me estaba riendo a más no poder, ¿por qué? Por la cara de pillo que tenía Mike, se había quedado mirando a mi hermana buscándome y derrepente me divisó a mi.
- Ves, esto esta mucho mejor. Desde luego quién te viera y quién te ve... –– aquello era un cumplido.
- ¿A qué te refieres? –– pregunté acomodándome en el sillón.
- Pues que con él uniforme se te ve una niña rica pija y ahora se te ve una niña extrovertida y preciosa –– Yo le agradecí aquel cumplido con una sonrisa pícara. Arrancó el auto.


Llegamos a una casa muy conocida para mi.. su casa, le miré con cara de.."¿este es tu planazo?" Él sonrió. 
- Venga Ainhoa, ¡que mi familia quiere conocer a mi mejor amiga! –– dijo abriéndome la puerta del coche.
- Oh como un caballero –– me burlé.
Rió irónicamente.
Entramos en su casa y saludé a sus padres que yo ya conocía desde hacía un año más o menos.
- Mira este es mi primo Max y aquella mi prima Emily –– señaló a dos chicos de nuestra edad. ¡Max era un bombón! Le miré con descaró, me sonrió y se sonrojó.
- Menudo primo.. –– le dije sonriendo.
- El más ligón –– Rió.
Me acerqué a él y estuve hablando toda la tarde con él. De repente se acerco bastante a mi, tanto que podía notar su respiración acariciando mi rostro.
Levanté mi cara y lo miré de frente... iba a lanzarme pero no pude. Algo dentro de mi me lo impidió y tuve que levantarme y salir corriendo hasta donde se encontraba Mike con su prima Emily, hablando los dos tranquilamente.
Miré desconcertada a Mike, él se acercó a mi y me miró preocupado.
- He visto que no te has lanzado.. –– dijo cuando ya estábamos un poco más alejados de los demás.
- No puedo.. –– susurré.
- ¿Por qué? –– preguntó.
- No lo sé –– mentí. Si que lo sabía... cuando estaba a punto de besarlo apareció el chico de la playa y no pude lanzarme... Pobre Max, lo había dejado todo cortado por un estúpido desconocido, estaba obsesionada... No sé el por qué, pero necesitaba saber quién era ese chico, tenía que saber si era o no el tal Justin Bieber. Era pura necesidad.
- Ainhoa... creo... –– intentó decir Mike, acercándose mucho a mi.

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