martes, 12 de abril de 2011

Ocho.

¿Qué le pasaba a Mike? Se estaba acercando mucho y con mucho me quedaba corta, tenía su cara frente a mi cara y sus ojos me miraban extrañamente éxitados.
- ¿Qué? –– le pregunté nerviosa y alejándome lentamente de él.
- Soís tan especiales las dos.. –– dijo susurrando.
- ¿A qué te refieres? –– volví a preguntar extrañada. ¿Hablaba en clave?
- A que aveces me pregunto si a la que amo es a tu hermana Marta o todavía no te he olvidado.–– susurró clavando su mirada más. Aquello no marchaba nada bien... era algo realmente malo para mi.. o no... podría intentar algo serio con Mike era mi mejor amigo, la persona en la que más confiaba. Mike podría llegar a ser mi TODO, pero.. aunque Mike fuera muy atractivo, no podría ahora, todavía no.. primero debía quitarme las dudas que inundaban mi mente... ¿Podría ser Justin o no?... era siempre lo que pensaba, era la única razón de que últimamente estuviera tan perdida y seguía tan perdida que no ví como Mike se acercaba a mi hasta que noté sus labios sobre los míos dándome un beso fuerte e intentando moldearme los labios.
- ¡No Mike! –– grité empujándole unos centímetros más lejos de mí, alejando su cuerpo del mío aunque si estiraba sus brazos toparía de nuevo conmigo.
- ¿Ainhoa cuándo maduraras? ¿Qué es a lo que le temes? Soy tu mejor amigo, podría dártelo todo... –– insistió acercándose de nuevo a mi, pero esta vez si estaba en lo que debía de estar y supe huirle bien.
- ¿Y Marta qué? –– pregunté a 10 centímetros de él.
- Ella tiene a Jack, en cambio tú estas igual que yo y sé que te resulto diferente al resto, te atraígo y tú me atraes, ¿que ahí de malo en esto? Esto sería lo mejor que podrías hacer, ¿no te das cuenta? ¿Qué puedes perder estando conmigo? –– siguió insunuándose y buscando besarme otra vez, pero no... Yo no qería.
- Déjame unos días Mike, sé que sabes que me resultas atractivo y eso pero.. No sé si estoy preparada para intentar algo.. Dame una semana para saber que es lo que siento por ti –– dije apartándolo de nuevo con la mano, solo nos separaba mi mano que estaba en su pecho recta y segura de si misma.
- Prométeme que lo pensarás –– se alejó de mi.
- Lo prometo, ahora llévame a casa por favor. Es tarde y pronto será la hora de cenar... –– dije tomando aire y dejando que mi cabeza se alejará de tanta presión.
Él asintió, me despedí de Max que no paraba de mirarme y de Emily, que estaba distante de Mike, no preguntarse el por qué no intentarlo con Max. Dentro de dos volvía a Inglaterra, su país.
Mike me llevó en su auto hasta mi casa y me dejó en la puerta, sonriéndome... Intentó darme un pico pero yo me abalancé y le dí dos besos en cada mejilla.
Entre y subí corriendo a mi habitación. Allí me eché en la cama sin quitarme nada y observé el techo pensando o intentando pensar en Mike... Él tenía mucha razón a todo lo que me había propuesto... pero, ¿podría hacerlo? Es que no podía dejar de lado ni un segundo al chico de ojos color miel con destellos verdes, esos ojos eran perfectos y aunque odiaba a los pijos, ese flequillo me resultó hasta atractivo... Pero no era solo eso lo que me tenía así, si de verdad era Justin Bieber, él podría tener mi cuaderno, para mi aquel cuaderno era como un diario. Todas las canciones que escribía las hacía demostrando mis sentimientos, odio; amor; miedo; amistad. Eran demasiadas personales... ¿y si las había leído? No sé como pude dejarlo allí, soy una estupida ¡una estúpida! Puff...
Cogí mi guitarra, un nuevo cuaderno, un lápiz con goma y bajé al jardín. Entré en el recinto donde estaba la piscina clímatizada y me puse de tal manera que mis piernas quedaron rozando el agua y la guitarra sin mojarse sobre mí.
Empecé a tocar notas sin sentido alguno y canté cosas que salían de mi alma, que se escapaban sin saber el por qué.. Entonces unas peqeñas lágrimas no pudieron contenerse aún más en mis pestañas y comenzarón a caer por mi rostro.
Derrepente un escalofrío me recorrió toda la espalda y me puse tensa, muy tensa.
Dejé la guitarra de lado y sin pensarlo dos veces me tiré al agua con la ropa incluída.
Comencé a nadar y sonreí, casi nunca me bañaba por que me daba verguenza que Aitor me mirará en vikini, aunque me muriera de ganas nunca me dejaba ver en vikini cuándo alguien que no me callerá bien estubiera presente.
No era que estubiera gorda ni muy delgada, tenía buen cuerpo por eso mi hermana Ane quería qe yo fuera modelo. Pero ese era su sueño no el mío, el mío era cumplir los sueños de mi padre, uno ya lo hacía, ser parte de su familia más o menos feliz, y el otro era ser cantante y aunque ahora no podía, algún día lo conseguiría.
Derrepente en mi mente apareció unas nuevas frases, muy bonitas que pronto formaron una dulce melodía, corriendo me avalancé al cuaderno y empecé a anotarlas, estaba deseando terminará para cantarla.
La terminé y comencé a nadar entonandola, no quería cantarla en español, la canté en inglés, algo muy extraño en mi. Puesto qe lo qe más me gustaba era el flamenco y no el pop, pero esta canción me salió, así. 
Cuando terminé de taralearla sonreí para misma, me sumergí dentro del agua y salí empapada de la piscina. Recogí todo lo que me había traido (incluyendo los tacones dejados a la entrada) y salí de allí, tenía un poco de frío por lo que aligeré el paso hasta entrar en casa, silenciosa... Me metí en la ducha de mi habitación, me bañé rápidamente y me acosté en la cama sonriendo y acariciando a Laly que me había estado esperando todo el tiempo en mi cuarto jugueteando con los peluches y la pelota.
No me quedé dormida tan fácilmnte como en la noche anterior, pero tampoco me costó mucho dormirme, quizás tarde media o tres cuartos de hora, nada más.
Me deperté temprano y salí de nuevo al jardín, a respirar aire fresco, me tumbé en el césped y observé como amanecía lentamente, el cielo estaba rojizo y a lo lejos se veía pequeños destellos azules. Sonreí plácidamrnte y volví a quedarme dormida.
- ¡Ainhoa! –– escuché gritar mi nombre, me levanté agitadamente y miré hacía la puerta trasera de mi casa.
Ahí estaban, como no.

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